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Amanece en Kioto con un cielo despejadísimo, sin una sola nube en el horizonte y una temperatura agradable tirando a fresca. Me despido del Kyoto White Hotel por si es la última vez que nuestros caminos se cruzan (gracias por ser de mis primeros hoteles en Japón) y nos vamos con nuestras maletas a la estación para coger un shinkansen rumbo a Nagoya.
Ya en la estación de Nagoya, lo primero que hacemos es reservar algunos tickets para los trayectos que haremos los días 27 y 28 de este mes. Lo siguiente fue acercarnos a la oficina de información al turista para confirmar el punto de venta del pase de un día para bus y metro de la ciudad de Nagoya, ya que no es la primera vez que en internet aparece que se venden solo en un sitio y luego lo he podido conseguir en estos sitios.
Como estamos a domingo, hemos podido comprar un pase que vale lo mismo que el que estábamos buscando pero que únicamente puede utilizarse los fines de semana. La ventaja es que pueden adquirirse junto a las máquinas expendedoras de tickets de metro, y así nos ahorrábamos ir a buscar el punto de venta del otro pase.
Como es costumbre en cada ciudad, nos pusimos rumbo al hotel para dejar el equipaje de mano, ya que al llegar pronto no nos iban a dejar pasar a la habitación. En esta ocasión nos hemos alojado en el Nishitetsu Inn Nagoya Nishiki, un hotel bien situado, cercano a varios konbinis y a la estación de metro de Fushimi, a tan solo una parada de la estación de Nagoya.
Junto con el equipaje dejamos incluso casi todo el abrigo porque estaba haciendo una temperatura bastante alta para lo que estábamos acostumbrados últimamente. Hecho esto decidimos ir andando hacia la zona de Sakae, donde se encuentra la Torre de TV de Nagoya, así como varios centros comerciales enormes. Tras pasear un poco por el parque bajo la torre, entramos "casualmente" en uno de los edificios que albergaba un Book-Off Super Bazaar y un Daiso enormes (cuanta falta le hacen ambas tiendas a España).
En la última planta del mismo edificio habían varios restaurantes, así que nos quedamos a comer allí mismo ya que teníamos que estar a las 15:00 en el Parque Conmemorativo de la Expo de Aichi, también conocido como Moricoro Park.
A la salida del centro comercial había un grupo de idols masculinos fotografiándose con una fila interminable de fans, y en ese preciso momento en que pasábamos por allí, apareció una idol femenina en un camión publicitándose y mandando saludos a todo aquel que la mirara. La verdad es que esta zona parece bastante animada, porque de camino a la estación de Sakae vimos algunos grupos callejeros tocando y muchísima gente joven.
El motivo de la visita al parque de la Expo es que había comprado hace tiempo unas entradas para ver la casa de Satsuki y Mei, de la película de Studio Ghibli "Mi vecino Totoro". Creo que ya lo he comentado anteriormente, pero soy un gran fan de estos estudios y no podía dejar escapar la oportunidad de visitar una réplica a tamaño real de la casa de las protagonistas de esa gran película. Para llegar al parque tuvimos que llegar a la última parada de una de las líneas de metro, y luego coger otro de la línea Linimo hasta la misma entrada del parque. El primer trayecto entraba en el pase de 1 día, mientras que para el otro tuvimos que pagar 350 ¥.
Dentro del parque hay un bus que va parando en los puntos principales, pero pasa cada bastante tiempo, así que a la ida fuimos dando un paseo y comprobando que es un lugar excepcional para pasar una tarde de domingo con la familia. Así que si viajas con niños y pasas por la ciudad, ésta debería ser una visita obligada.
La visita dura una media hora, y te dividen en dos grupos, el A y el B. Mientras un grupo visita el interior durante 15 minutos, el otro se queda viendo el exterior de la casa, y luego se intercambian los papeles. La verdad es que la casa tiene infinidad de detalles de la película, y lo mejor es que puedes interactuar con casi todo el mobiliario, abrir cajones y encontrar dentro hasta el más mínimo detalle de lo que sería esa casa en realidad.
No se pueden hacer fotos ni sacar vídeos en el interior, pero una vez fuera me acerqué a las ventanas, y a alguna puerta abierta, y pude fotografiar algo. Ya hablaremos con más detalle de esta y otras visitas cuando finalicemos esta aventura por Japón. Acabada la visita a la casa esperamos al bus del parque y volvimos a la estación, parando antes a tomar un delicioso helado de vainilla con un toque de miel. Estaba espectacular, y se agradecía con el calorcito que estaba haciendo.
No se si sería por el efecto del sol dándonos de lleno toda la mañana o por el cansancio acumulado, pero a eso de las 5 o así decidimos volver al hotel a descansar un poco. Al rato decidimos salir a cenar algo cerca del hotel, y acabamos en un CoCo Ichibanya para que mi acompañante lo probara por primera vez. Por cierto, le gustó bastante, aunque no lo podemos definir como una cena ligera precisamente.
Y ahora a descansar, que mañana toca conocer la ciudad de Nagoya y hacer algunas visitas que nos han recomendado algunos amigos de las redes sociales. Un saludo para ellos si leen el blog. ¡Hasta mañana!.
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