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Directo a Japón 2018 - Diario de viaje (Día 10) - Kagoshima y volcán Sakurajima

De excursión al volcán Sakurajima

09 de Marzo de 2018

     Antes de nada, avisar de que la crónica de hoy será algo más corta que las anteriores, y esto es por dos factores, el primero es que hoy hay que acostarse tempranísimo porque mañana a eso de las 5:00 ya debo estar en pie para ir a coger el tren. El otro motivo es, simplemente, que hoy he querido descansar un poco y tomármelo con calma, que esto son 60 días y solo vamos por el 10º.

  • Visitando a mi amigo el volcán Sakurajima:

La visita central, y al final única, del día ha sido a Sakurajima, que es a la vez el nombre de la isla (aunque ya no es isla porque está unica a Kyushu por un pequeño tramo a causa de la gran erupción de 1914) y del volcán. Este volcán se encuentra activo, teniendo múltiples explosiones cada año, aunque por suerte en los últimos tiempos ninguna de especial importancia que haya supuesto daños personales.

Para llegar a Sakurajima hay que tomar un ferry desde el puerto de Kagoshima. Por suerte me alojo cerquísima del mismo y he podido plantarme allí caminando en 5 minutos. El ferry parte del muelle con bastante frecuencia, así que si se te escapa uno no sufras porque en pocos minutos aparecerá otro. En mi caso iba tan relajado dando el paseo desde el apartamento que cuando estaba accediendo al muelle el personal empezó a hacerme señales para que acelerara o me quedaba en tierra, así que tuve que echarme la primera carrerita matutina para ser el último en subirme.

 

 

El trayecto en el ferry no dura más de 15 minutos, y está genial poder ir observando cada vez más cerca el volcán, así como ver la ciudad de Kagoshima desde otro punto de vista. Yo estaba utilizando el pase de 1 día que compré ayer en la estación, pero si por un casual vas a pagar en metálico debes saber que el pago se realiza a la llegada a Sakurajima, costando cada trayecto 160 ¥. Una vez en tierra tienes la opción de coger un bus que parte de la misma terminal del ferry y que realiza una ruta circular por la "isla", realizando paradas durante unos pocos minutos en los puntos más turísticos.

En mi caso opté por hacer a pie el primer par de kilómetros, ya que no soy amigo de ver las cosas con prisas y me lo quería tomar con calma. Así que empecé a andar hacia la zona donde se encontraban los baños de pies de Nagisa, que además es el mismo lugar desde el que comienza el paseo de lava del mismo nombre. Cuando llegué lo primero que vi fueron varios gatos tomando el sol sobre el césped, y un par de ellos al percatarse de mi presencia se acercaron maullando, y como me encantan los animales me quedé un rato acariciándolos. En una de estas me senté en un banco que había al lado y uno de los gatos, con toda la confianza del mundo, se recostó sobre mi pierna, y así estuvo unos 5 minutos.

 

 

Con toda la pena del mundo me tuve que despedir de ellos, aunque me quedé más tranquilo viendo como un chico japonés me tomaba el relevo y se quedaba con ellos. Así que fui a la zona de los baños de pies, que son una maravilla, todo hay que decirlo. Hoy sí iba preparado y llevaba conmigo una pequeña toalla para no quedarme con las ganas de probarlos como ayer en la zona del Dolphin Port frente al apartamento. Me descalcé, me remangué los pantalones y metí los pies en aquella agua tan calentita que me hizo subir al cielo. Hoy el día amaneció soleado, pero hacía algo de viento y fresco, así que ese calorcito en los pies me sentó genial.

 

 

Tras unos minutos de disfrute, tanto con el agua caliente como con las vistas del volcán, era hora de seguir la visita. Lo siguiente que hice fue dar un paseo a través de un camino que bordea la costa y que se formó con la solidificación de la lava de anteriores erupciones. El paseo tiene una longitud de algo más de 2 kilómetros, pero yo me limité a hacer el primero,y bastante fue. Cuando pude, me salí del paseo de lava y subí de nuevo hasta la carretera, para un rato después llegar al siguiente punto turístico, el observatorio Karasujima, que en el pasado era una pequeña isla en medio del mar de Kagoshima, pero que debido a la gran erupción de 1914 acabó uniéndose a Sakurajima. Desde este observatorio se tienen unas preciosas vistas del volcán y de la costa de Kagoshima. Hay además una placa que conmemora esa unión que se produjo en el pasado.

 

 

Como ya estaba cansado de andar, me quedé en el aparcamiento esperando a que pasara el siguiente bus turístico, que por suerte no tardaría más de 15 minutos. Durante ese rato aproveché para comer algo, y de paso ver como los gatos de la zona son tan listos que hasta reconocen el coche de la persona que les deja comida cada mañana.

Cuando llegó el bus me llevé la "agradable sorpresa" de ver que estaba lleno de chinos, los cuales se bajaron corriendo como alma que lleva el diablo para subir al observatorio, ya que el conductor avisó de que solo esperaría 5 minutos antes de partir. Como yo ya lo había visto me subí y me acoplé a un asiento. Pasados esos 5 minutos el conductor arrancó y fuimos a la siguiente parada, donde había una escultura de un hombre gritando de lo más perturbadora. Como no, al parar el bus los chinos bajaron matándose entre ellos para sacarse 800 fotos en minuto y medio, cosa que me pone de muy mala leche y que me da más la razón cuando intento evitar este tipo de rutas en bus. Pero como no iba a caminar 6 kilómetros cuesta arriba hasta el volcán, pues tuve que pasar por el aro.

 

 

La siguiente parada ya era en el observatorio más cercano al cráter del volcán, el observatorio Yunohira, a 373 metros sobre el nivel del mar, y desde donde puede verse claramente el efecto de anteriores erupciones. Ahí el conductor hizo una parada de unos 15 minutos, intenté sacar las fotos que pude sin que se me colara un chino en el objetivo y regresé a mi asiento en el bus. La verdad es que esta excursión sería perfecta si alquilas un coche y vas a tu aire, porque así te evitas ir en manada y no visitas cada cosa a la carrera como cuando usas este bus circular.

 

 

Por cierto, hay un pase especial para tomar el bus de Sakurajima que cuesta 500 ¥, de lo contrario deberás pagar una tarifa que dependerá de la distancia que recorras. En mi caso ya tenía el otro pase, así que no tuve que coger ningún otro, aunque cuando el bus llegó de regreso a la terminal del ferry yo me bajé y nadie me pidió que enseñara nada. Ya de vuelta en el ferry me senté tranquilito en la parte de atrás para ver como nos alejábamos del volcán. El día se había portado bien y nos regaló un cielo despejado para poder verlo en todo su esplendor.

 

 

Tras llegar de nuevo a Kagoshima fui directo a la estación a la que llegué ayer, para ver un poco los alrededores, y como ya era hora de comer me metí en un restaurante en la planta baja de un centro comercial, donde probé un tipo de ramen especial de Kagoshima. Uno menos en la lista.

 

 

Después de comer miré un poco por las tiendas, vi un centro Pokemon, y poco más. La verdad es que estaba algo cansado, supongo que la acumulación de estos días, y preferí volver al apartamento. Mañana abandono Kagoshima y comienzo el retorno a la zona norte de Kyushu, pero por el este. Si quieres saber a dónde voy, ya sabes donde nos vemos mañana.

 

 

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