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Directo a Japón 2018 - Diario de viaje (Día 25) - Kioto

La búsqueda del bambú solitario y del sakura en Kioto

24 de Marzo de 2018

     Esta mañana brillaba el sol sobre Kioto, un día perfecto para salir a pasear y visitar algunos lugares que aún teníamos pendientes de viajes anteriores. El primero en la lista era el templo Adashino Nenbutsu-ji, en la zona de Arashiyama, para luego bajar a la zona del puente Togetsukyo, desplazarnos hasta el área de Shirakawa, con sus canales, y desde allí recorrer parte del Paseo del filósofo.

  • En busca del bambú solitario:

La primera parte del itinerario de hoy comenzaba cogiendo un tren desde la estación de Kioto hasta Saga-Arashiyama. Al tener aún el Kansai Wide Pass vigente durante el día de hoy lo aprovechamos para este trayecto, y ganar algo de tiempo en un trayecto que en bus habría sido más largo. 

Al llegar a la estación salimos por la parte norte, teniendo por delante un paseo de unos 20-25 minutos. Antes de llegar al templo Adashino Nenbutsu-ji pasamos por las calles históricas de Saga Toriimoto, una callejuela bastante pintoresca con algunas tiendas muy bonitas y mucha tranquilidad. Creo que éramos los primeros turistas del día en pasar porque no vimos ningún otro hasta pasar a la vuelta.

La pena de este trayecto fue que al llegar había un cartel que avisaba de que la zona del bosque de bambú del templo estaba en reformas, y precisamente ese bosque era el motivo principal de la visita, así que decidimos no pagar la entrada de 500 ¥ para ver solamente una parte del templo abierta. De todos modos creo que esta zona tiene mucho potencial, y no parece que lleguen muchos turistas hasta ella, así que queda anotada para volver en futuros viajes y disfrutar de ese magnífico bosque de bambú.

 

 

Con ese pequeño disgusto, comenzamos a andar sobre nuestros pasos y nos desviamos más adelante en dirección al  bosque de bambú de Arashiyama, ya con bastante más gente que hacía difícil poder sacar una foto sin obstáculos. Pero insistiendo un poco encontramos un bonito rincón donde poder hacerlo, y bastante bonita que nos quedó.

 

 

Ya en la calle principal que desembocaba en el puente Togetsukyo, nos tomamos un helado, porque el sol estaba dando de lo lindo, a pesar de que no hacía calor. Cruzamos el puente y nos sentamos a descansar un poco de la caminata mañanera, hasta que decidimos volver a la estación de Saga-Arashiyama rumbo a la de Kioto. Por cierto, un par de paradas antes de llegar a Saga-Arashiyama hay unos estudios de televisión de la Toei que recrean un antiguo pueblo samurai, y pueden ser visitados, así que a quien le guste, ya sabe.

  • El sakura aún no llega del todo:

Y tiene toda la pinta de que esta vez llegamos demasiado pronto a Kioto, porque en los dos últimos viajes pude disfrutar de un hermoso sakura en distintos puntos de la ciudad, pero esta vez eran más los que estaban aún por florecer que los ya florecidos.

El primer lugar donde intentamos verlos fue en el área de Shirakawa, una zona al norte de Gion y al este de Pontocho que cuenta con unos hermosos canales adornados por cerezos, solo que esta vez aun no habían florecido. Al menos pudimos ver a varias chicas vestidas como geikos haciéndose fotos por la zona y eso compensó un poco.

 

 

Como se iba acercando la hora de comer, fuimos paseando hasta la zona de Karasuma, con un montón de tiendas y algunos restaurantes por sus calles. En una de estas nos metimos a echar un ojo en un edificio de varias plantas con distintas tiendas, donde encontramos una de todo a 100 ¥, y para qué fue aquello, casi no salimos. En España deberían haber tiendas de este estilo, pero con estos mismos objetos y a estos precios, entonces mi casa estaría llena.

Lo siguiente fue coger de nuevo un bus hacia el comienzo del Paseo del filósofo. El trayecto se hizo bastante largo porque el tráfico está siendo bastante denso estos días. No se si entre semana será igual, pero esta vez lo noté más complicado para desplazarse. Cuando llegamos comprobamos que por allí tampoco había florecido casi nada, estando la gran mayoría de cerezos a puntito, pero hasta dentro de una semana o así no creo que florezcan del todo. Había alguno que se había adelantado, pero con una horda de turistas alrededor sacando fotos era complicado acercarse a verlo.

 

 

Tras pasear un rato, cogimos de nuevo un bus aprovechando el pase de un día que nos había costado 600 ¥ (teniendo en cuenta que cada trayecto te sale 230 ¥, desde que hagas tres viajes ya le sacas rendimiento). Este viaje en bus sí que fue largo, tardando cerca de la hora y media en llegar desde Ginkakuji-michi hasta la estación de Kioto, que vienen siendo unos 11 kilómetros. La ciudad estaba colapsada este fin de semana, y se notó muchísimo en la carretera.

Así que tras un buen rato, pudimos llegar al hotel, donde estamos preparándolo todo para partir mañana a una nueva ciudad, una que aún no tengo el placer de conocer y que espero nos sorprenda. Si quieres saber a dónde vamos, ya sabes lo que hay que hacer. ¡Nos vemos mañana!.

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