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Directo a Japón 2018 - Diario de viaje (Día 6) - Fukuoka

Adiós Okinawa, hola Fukuoka

05 de Marzo de 2018

     La visita a Okinawa había llegado a su fin y hoy era el momento de partir hacia nuevas aventuras, concretamente a Fukuoka, en la región de Kyushu. La mañana empezó muy temprano, ya que el vuelo de Naha a Fukuoka salía a las 9:45 y quise ir con calma. La verdad es que está genial que el aeropuerto de Naha esté prácticamente pegado a la ciudad, así que en 15 minutos te plantas allí con el monorrail.

  • Primera experiencia con All Nippon Airways:

Como ya comenté antes, el vuelo partía a las 9:45, pero yo ya estaba en el aeropuerto hora y media antes por lo que pudiera pasar (así soy yo). Esta vez me había decidido por volar con ANA (All Nippon Airways), una de las mejores compañías del país, ya que la diferencia de precio para este trayecto no era demasiada respecto a Vanilla Air, con quien volé de Tokio a Naha.

El primer contacto fue en el mostrador de facturación, donde una chica muy simpática, pero con unas nociones bastante básicas de inglés, se encargó de facturar mi equipaje y darme la tarjeta de embarque. Acto seguido bajé una planta y fui directo al control de seguridad (no hice cola prácticamente ni en facturación ni aquí, así da gusto), donde pasaron por el detector dos veces mi mochila, aunque no me dijeron nada después. Tras pasar el control me fui a la puerta de embarque, donde me tocó sufrir un rato más la humedad y el calor sofocante de Naha, lo que me haría plantearme muy seriamente visitar este sitio en pleno agosto.

Tras unos cuantos minutos de espera se inició el embarque, bastante ágil, y llevado a cabo por un personal muy atento. Nada más llegar al avión las auxiliares de vuelo ya te estaban esperando con caramelos de bienvenida y cascos por si los querías utilizar durante el vuelo, todo con una amplia sonrisa. Me dirigí a mi asiento en la fila 23, en ventanilla como no podía ser de otra manera, y me alegró ver como el asiento era bastante amplio, quedando un hueco bastante generoso entre mis rodillas y el asiento delantero, nada que ver con el vuelo de ida con Vanilla Air.

El avión despegó justo a su hora, y tras alguna que otra turbulencia y alguna que otra bebida servida por el personal de ANA, fuimos llegando a Fukuoka, o lo que parecía ser. Digo parecía porque los últimos 10 minutos de vuelo no vi absolutamente nada por las nubes, y cuando empecé a vislumbrar algo ya estábamos casi sobre la pista de aterrizaje, a la que llegamos en hora. Fukuoka me recibía con una maravillosa lluvia, digo yo que para que no notara mucho el cambio respecto al otro día en Naha.

 

 

  • Fukuoka y su lluvia constante:

​La salida del aeropuerto de Fukuoka fue bastante rápida, y en un momento ya me encontraba entrando en la estación de metro. Antes de ir al andén me paré un segundo para hacerme con un pase de un día para el metro de Fukuoka, que teniendo en cuenta que los viajes salen a una media de 200-230 ¥ y que el pase costaba 620 ¥ pues me salía a cuenta con hacer 3 viajes. Así que ya con el pase en mi poder fui directo al andén que tocaba y subí por primera vez en el metro de Fukuoka.

Al llegar a mi estación, la de Tenjin, tenía que atravesar todo el centro comercial subterráneo que conecta esta estación con la vecina Tenjin-Minami para llegar a la salida más cercana a mi hotel, el Mystays Fukuoka Tenjin Minami, un típico business hotel, bastante bien situado y que cumple perfectamente con lo que busco, limpieza y una cama decente. El problema vino en que llegué cerca de las 12 y el check-in empezaba a las 3, así que me tocó pedirles un paraguas, dejar allí la maleta y buscarme la vida durante esas 3 horas. Esto no habría sido ningún problema de no ser por la incesante lluvia que me había recibido hoy en Fukuoka, y como encima iba acompañada de algo de viento, pues pasear por ahí se hacía un poco complicado. Total, que tomé la decisión de ir a dar una vuelta por el centro comercial subterráneo que mencioné antes, el Tenjin Chikagai, formado por dos calles que transcurren paralelas repletas de tiendas a ambos lados y que además conectan con distintas estaciones de metro y bus.

 

 

Tras dar un par de vueltas empezó a entrarme hambre, así que subí a una planta superior donde se encontraban varios restaurantes, decidiéndome por uno que ofrecía varios menús. Acabé comiendo una especie de Tonkatsu con algo de ensalada, un plato de arroz aparte y una taza con sopa de primero, todo por 850 ¥. Y a que no adivinan, era el único occidental allí. La verdad es que ya empiezo a acostumbrarme y hasta se me hace raro cuando me cruzo con otro.

Finalizado el almuerzo y viendo que aún quedaban unas dos horas para el check-in pensé en aprovechar el pase de un día del metro y acercarme a la estación de Hakata para canjear los dos próximos Rail Pass que voy a utilizar. En este caso tenía que canjear el All Kyushu Area Pass y el JR Sanyo San´nin Area Pass. Si en algún momento vas a utilizar estos pases, debes tener en cuenta que no se canjean en el mismo lugar, ya que no es lo mismo un pase de JR West, como el Sanyo San´nin, que un pase de JR Kyushu, que es el caso del All Kyushu Area Pass. A efectos prácticos son empresas diferentes, así que ninguna de ellas va a canjearte el otro. Aclarado este punto, aproveché ambos canjes para reservar los asientos de algunos de los próximos viajes que me esperan.

 

 

Entre una cosa y otra fui haciendo tiempo, así que ya me puse de camino de vuelta al hotel, pasando antes por un konbini a comprar algunas cosillas (más bien porquerías que no debería comer cada día), y al llegar eran las 14:55, pero les debí dar pena y me dieron la llave, estando ya la maleta en la habitación.

  • Hacer turismo con lluvia no mola:

Estuve un rato en la habitación, ya que estaba un poco calado por la lluvia y el frío y me apetecía recostarme, y de paso decidir qué hacer. En ese momento me escribió el amigo Santi, de "Viajando con Santi" y más conocido como MininoDanty, para preguntar qué tal iba todo, así que aprovecho estas líneas para mandarle un saludo en caso de que lea esto. Y ya que estamos con la ronda de saludos mando otros dos a Gus, de Dimensión Japón, con el que hablé hace unos días por Facebook, y a Álvaro, alias Algogoku, el cual viajará en breve a Japón en su ¿séptimo? viaje y con el que espero coincidir en Tokio, que son muchos años siguiéndoles y ya hay ganas de conocerlos.

Y seguimos que me voy por las ramas. Así que finalmente me armé de valor y, paraguas en mano, puse rumbo al Santuario Sumiyoshi, que se encontraba a unos 10-15 minutos andando del hotel. Es un santuario un poco escondido pero que vale mucho la pena visitar, ya que tiene varios elementos de los que gusta ver en visitas como esta, como un torii de piedra, estatuas de bronce, altares, y otros muchos más. Una pena que la lluvia empañara la visita, pero tiene pinta de que en un día soleado es un buen lugar al que ir.

 

 

Al salir del santuario, y en vista de que la información de internet que decía que paraba de llover hace una hora no era cierta, me quise refugiar en el centro comercial Canal City Hakata, también a poca distancia caminando de allí. El centro comercial en sí es un poco lioso para ubicarte, ya que está dividido en varios edificios y no sigue una lógica concreta, así que estuve un rato de aquí para allá hasta situarme. Y la suerte es que una hora y algo después de yo haber llegado había un espectáculo de luces con proyección incluida sobre el agua de una de mis series favoritas, One Piece (lo siento por el que no le guste, pero ya son mil años siguiéndola y como para dejar de verla ahora). Como quedaba tiempo hasta el inicio, estuve visitando alguna que otra tienda, como Uniqlo, Jump Shop y otras que no son conocidas pero que estaban curiosas.

Unos 15 minutos antes del comienzo del espectáculo ya había tomado posiciones en la primera planta, ya que aquello estaba lleno de turistas chinos y coreanos y amenazaban con cogerse los mejores sitios. Así que ya bien puesto y con la cámara preparada estuve un rato viendo el juego de luces y sonido, que duró más bien poco, pero algo es algo.

Tras aquello, ya era de noche, y cada vez hacía más frio, así que cogí la directa hacia el hotel antes de morir congelado. Por el camino me crucé con una zona donde estaban colocados varios yatai, que son puestos callejeros de comida, con una barra y asientos alrededor, muy famosos en Fukuoka. Habían nada más que 4 o 5, pero todos ellos con cola de clientes. Ya intentaré pasarme otro día, porque en ese momento me preocupaba más no perder las manos por congelación y escapar de una más que probable gripe.

 

 

Y esto ha sido todo por hoy. Por desgracia la lluvia cortó bastante mis planes, así que espero que mañana la cosa cambie y pueda aprovechar mejor el día. Si te apetece seguir acompañándome vuelve mañana por aquí y así te enteras de por dónde he estado ;)

 

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