info@directoajapon.com-
info@directoajapon.com
Comencé la mañana despertándome sin prisas, cuando el cuerpo me lo pidió, sin despertador. Aunque tengo el cuerpo ya tan hecho a este horario que a las 8 estaba en pie. Lo primero que hice fue mirar por la ventana a ver cómo pintaba hoy el día, y para mi tranquilidad no llovía, habían algunas nubes, pero tenía pinta de que hoy no iba a necesitar el paraguas. El plan para hoy era desplazarme hasta Dazaifu, una localidad cercana a Fukuoka que en el siglo VII sirvió como centro administrativo de todo Kyushu durante 500 años.
Perdiéndome por Dazaifu:
Para esta visita quise hacerme con un pase especial de un día que cubre tanto el metro como los autobuses de Fukuoka, así como el traslado a Dazaifu (que por sí sólo cuesta 800 ¥ i/v), costando un total de 1.340 ¥. Como tenía pensado hacer luego algunos traslados dentro de Fukuoka pues me salía rentable, además de que por tenerlo te hacen descuento en algunas atracciones turísticas, como verán más adelante.
El pase lo compré en la misma estación de donde parten los trenes que van a Dazaifu, la Nishitetsu Fukuoka (Tenjin) Station. Tuve suerte y el siguiente tren en partir era un expreso, por lo que no tenía que cambiar de tren a mitad de camino, como sí ocurre con los Limited Express y los locales. De todos modos no teman porque el cambio es sencillo y hay tiempo más que suficiente para ello. El trayecto duró cerca de media hora y al llegar a la estación de Dazaifu simplemente hay que salir y girar a la derecha, donde daremos con una calle peatonal y con tiendas a ambos lados. Es fácilmente reconocible además por tener varios toriis de piedra a lo largo del camino.
Al llegar al final me llevé la agradable sorpresa de ver algunos cerezos prácticamente florecidos por completo, y es que al estar esta zona al sur de Japón el sakura llega varios días antes que en Tokio, por ejemplo. Entre el cielo despejado, el sol que hacía y el sakura, esto ya pintaba mucho mejor que ayer.
Cuando paré de hacer mil fotos y de emocionarme por tanta belleza, crucé el puente que daba acceso al salón principal (honden) del santuario Dazaifu Tenmangu, uno de los cientos de santuarios Tenmangu a lo largo de Japón, dedicados al espíritu de Sugawara Michizane, un político y erudito de la era Heian. El Tenmangu de Dazaifu está construido sobre la tumba de este personaje histórico de Japón.
En la explanada frente al honden habían varios ciruelos totalmente florecidos, teniendo estos árboles una historia muy ligada a la leyenda de Michizane. Pero dejando datos históricos aparte, la cantidad de gente que estaba fotografiando los árboles era abrumadora, sobre todo turistas chinos, tan reconocibles por armar escándalo allá por donde pasan. Quitando eso el lugar era muy bonito, con mucha gente acercándose al santuario para presentar sus plegarias tras lanzar una moneda. En ese momento un grupo de ancianos japoneses estaba accediendo al altar principal donde un monje comenzaba un ritual privado para ellos.
Como aquello estaba hasta los topes decidí irme a la parte de atrás del honden y escalar un poco hacia los laterales, donde ya había mucha más tranquilidad. Tras dar un pequeño paseo por ahí me dirigí aún más hacia la parte posterior del santuario y comencé a subir unas escaleras flanqueadas por varios toriis de color bermellón. Al final de esa escalera había un pequeño santuario, y un anciano japonés me hizo señas para que fuera por un lateral y me acercara a una pequeña cueva en cuyo interior había un pequeño altar. El hombre estuvo esperando a que volviera para preguntarme qué me había parecido ^_^.
Me fijé en un pequeño camino que se desviaba hacia la derecha del pequeño santuario, y como a mi me gusta más un camino solitario que comer, pues allá que me fui. Estuve andando unos 15 minutos entre árboles y el sonido de los pájaros, estando únicamente "acompañado" por una chica japonesa que iba unos 10 metros a mi espalda. Como veía que aquello no daba a ningún edificio en particular ni nada, decidí dar media vuelta y volver a la civilización. A mitad del camino de tierra me fijé que sobre el barro habían varias huellas de pezuñas de un tamaño considerable, casi como la palma de mi mano, sin exagerar, y por si acaso aceleré un poco el paso.
De vuelta al pequeño santuario tomé otro camino para bajar que pasaba frente al Museo Nacional de Kyushu, reabierto en 2005, y al que estaban accediendo un grupo numeroso de pequeños escolares, con sus gorritos de colores incluidos. Algo que me extrañó un poco fue ver un parque de atracciones infantil por la zona, integrado en el complejo de templos y santuarios. No se, no me pegaba mucho allí.
Ya de vuelta en la estación de Dazaifu pensé si comer allí o hacerlo en Fukuoka, pero me fijé que había un Ichiran Ramen justo al lado, y como aún no los había probado pues allí que me quedé. Tuve la mala suerte de que tenía por delante a un grupo de turistas chinos, por lo que la espera para entrar se alargó casi hasta la media hora, con su escandalera de fondo cada uno de esos minutos. Ichiran ramen es una cadena de restaurantes de ramen repartidos por todo Japón, que se caracteriza por comprar el ticket con tu pedido en una máquina a la entrada, y luego accedes a un cubículo individual donde, a través de una ventanilla que tienes en frente, un camarero al que no ves la cara te sirve tu pedido. No estaba mal, pero para lo que costó he comido mucho mejor por bastante menos (y no quiero volver a acordarme del plato maravilloso del mercado de Naha).
Fukuoka desde el cielo:
Ya de vuelta en la estación de Tenjin, tenía pensado ir hasta la Fukuoka Tower, por lo que busqué una parada cercana para coger el bus W1 que te lleva directamente allí. No tuve que pagar nada ya que el bus también está incluído en el pase de un día que compré por la mañana. Al llegar a la parada final noté que había empezado a soplar bastante viento, pero por suerte no estuve mucho al descubierto ya que la entrada a la torre estaba justo al lado de donde me bajé. La torre se encuentra donde los estudios de la televisión de Fukuoka, y la entrada de adulto para acceder a su mirador cuesta 800 ¥, aunque con el pase diario baja hasta los 640 ¥. Al entrar te hacen una foto con un fondo de noche de la torre, siendo de esas que te quieren vender a la salida, aunque te dan de regalo una miniatura de la misma en una tarjetita.
Tras subir al ascensor y ascender los 123 metros hasta el mirador, di un par de vueltas para ver la ciudad desde arriba, aunque una vez que has subido a algún que otro mirador ya no te sorprenden tanto. De todos modos si no has subido a uno o te hace especial ilusión, no dejes de hacerlo. Imagino que de noche pintará mejor, pero no me iba a esperar hasta esa hora.
Ya de vuelta en el suelo, el viento que asomaba antes se convirtió en un medio huracán, así que me puse todo el abrigo que llevaba encima y puse rumbo al Yahoo! Dome, el estadio donde juega el equipo de béisbol local, los Fukuoka Hawks. Tuve la suerte de que esa tarde había partido, así que había bastante ambientillo en los alrededores, con tiendas de merchandising, gente con camisetas del equipo y un grupo de idols, que imagino serían las animadoras del equipo, bailando un poco junto con un grupo de mascotas, que eran por lo menos 5 o 6. Llegué casi terminando, así que no pude ver mucho. Tras dar un paseo alrededor del estadio, ya empezaba a estar cansado, así que fui caminando hasta la estación más cercana, cruzándome por todo el camino con hordas de aficionados rumbo al estadio.
Y hasta aquí llegó el día de hoy, con un poco de tradición y otro poco de mundo moderno con sus rascacielos y partidos de béisbol. Y ahora a terminar de escribir el artículo de hoy para tumbarme a ver algo y descansar, que me lo he ganado.
Comentarios
Annikho
08/03/2018
Algo me hace pensar que los turistas chinos te desquician un poco jajajajaja
Por fin te salen días soleados!!! Y lo de la huella en el suelo me ha resultado muy rollo Jurassic Park jajajajajaja
Directo a Japón
09/03/2018
No se de donde te sacas lo de los turistas chinos, ejem, ejem. Tanta lluvia y tanta nube fastidian bastante el poder visitar cosas en condiciones, pero bueno,a ver si la cosa va mejorando según se acerca la primavera. Lo de las huellas tú ríete, pero me llega a salir un bicho grande por ahí y a ver qué hago XD
