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Era hora de partir de Fukuoka, ciudad que no conocía pero que me ha dejado una buena impresión. Si tuviera que elegir una ciudad en Japón para vivir tal vez estaría entre las tres primeras. Pero aquí no hay tiempo para cogerle mucho cariño a ningún sitio, ya que tocaba volver a hacer la maleta para visitar dos ciudades en el mismo día: Kumamoto y Kagoshima.
Una visita rápida a Kumamoto:
El plan de hoy era salir pronto de Fukuoka, para hacer una parada de unas horas en Kumamoto, que está a medio camino hacia la ciudad de Kagoshima, al sur de Kyushu. Hoy activaba el All Kyushu Area Pass, un pase de 5 días que me permitirá utilizar la red de trenes de JR por todo Kyushu. Me desperté temprano y, como cada mañana, lo primero que hice fue asomarme a la ventana, pero esta vez lo que vi no me hizo ninguna gracia, y es que estaba lloviendo, y vamos que si llovió este día...
Tras el primer paseo bajo la lluvia hacia la estación de metro cercana al hotel en Fukuoka, me tocó experimentar en mis carnes la hora punta japonesa en el metro, y encima cargado con el equipaje. Pero más o menos le he ido pillando el truco, que es darte la vuelta e ir empujando con el culete hasta ganarte un hueco. Ya en la estación de Hakata, de donde parten los Shinkansen, pude subirme en mi primer tren bala de este viaje. Qué gustazo ir en estos trenes, son todo comodidad, rapidez, silencio, vamos, una maravilla.
El trayecto entre Fukuoka y Kumamoto era corto, así que no me dio tiempo a acomodarme del todo. Al llegar a la estación de Kumamoto ya empecé a ver imágenes por todos lados de Kumamon, la mascota de la ciudad, y seguro que si te interesa mínimamente Japón te sonará.
El plan era dejar la maleta en una taquilla de la estación y, únicamente con la mochila, acercarme primero al Parque Suizenji, un espectacular jardín paisajístico que reproduce las 53 paradas de la ruta Tokaido. La entrada cuesta 400 ¥ y la mejor forma de llegar es a través de la línea A del tranvía que pasa por la estación de Kumamoto.
Como no paraba de llover tuve que hacerme con un paraguas en la estación. Estuve tentado de coger uno que parecía abandonado en una esquina, pero por si acaso compré uno en un konbini en la misma estación. Al llegar al parque me di cuenta de que no había casi nadie, y es normal viendo la que estaba cayendo. Es la única parte buena de hacer turismo mientras diluvia. El jardín no estaba en su mejor momento, ya que por la época que es, el césped estaba amarillento y le restaba un poco de espectacularidad, pero igualmente me pareció una muy buena opción para visitar si pasas por Kumamoto.
Finalizado el paseo por el parque, volví a coger el tranvía hasta la parada más cercana al Castillo de Kumamoto. Desde la parada del tranvía había un pequeño paseo junto al foso y los muros, desde donde pude ver por primera vez los efectos devastadores del terremoto que sufrió la ciudad en 2016. Parte de la muralla del castillo estaba completamente derruida, lo que hacía imaginarse un poco la magnitud de la catástrofe.
El paseo hasta llegar al castillo es un poco largo, ya que al estar muchas zonas en reconstrucción hay que dar un buen rodeo para llegar a la torre principal. Por el camino vi una y otra vez partes destrozadas por completo, tanto murallas como torres de defensa del propio castillo. Una pena, la verdad, porque estando intacto debe de ser una maravilla para la vista. Además la lluvia aumentó y hacía bastante difícil poder ver nada con tranquilidad. El paraguas no cubría del todo y acabé con los zapatos totalmente empapados y llenos de agua, así como la parte baja de los pantalones, todo un espectáculo.
Como ya me estaba calando bastante, aceleré el paso para acabar la visita al castillo y volver a la estación, donde compré algo de comer en el konbini hasta que saliera mi tren a Kagoshima. Por cierto, el paraguas abandonado seguía en el mismo sitio tres horas después.
Un paseo junto al mar por Kagoshima:
Tras otro viaje de unos 45 minutos en Shinkansen, donde casi me quedé dormido, llegué a la estación de Kagoshima-chuo. Una gran estación que es el centro neurálgico de la ciudad en cuanto a transportes se refiere. Aproveché que estaba allí y compré el pase de un día que me permitiría mañana visitar la isla de Sakurajima, a través del ferry, así como usar el bus que recorre la isla, y también el tranvía y los autobuses de Kagoshima sin límite. Dicho pase cuesta 1.000 ¥ y es la mejor opción si vas a concentrar tus visitas en un mismo día.
Saliendo de la estación por la salida principal llegué a la parada del tranvía, el cual debía tomar para dirigirme a mi siguiente alojamiento, el hostal Gracias. Si, muy español el nombre, y es que, por lo que me contó la señora que lo gestiona, debe ser porque su hijo o hija (es que hablaba una mezcla español-japonés-inglés que me fue imposible seguir) está residiendo en Madrid. Y vaya con la señora, porque nada más verme se abalanzó sobre mi a darme un abrazo, que viniendo de un japonés me chocó bastante. Luego la señora me acompañó al apartamento, y me hizo un tour a la velocidad de la luz, misma velocidad que utiliza para hablar, por lo que no me enteré de casi nada, y eso que hay un par de botones que no se lo que son y que tendré que averiguar por mi cuenta para qué sirven.
Tras pagarle la estancia, la amable señora se marchó, y yo empecé a sacar algunas cosas de la maleta. Sonó el telefonillo del apartamento, pero no entendí nada a quien hablaba, así que supuse que sería la señora. Con la misma colgué cuando pensé que acabó, y al minuto veo que la señora entra por la puerta, sin llamar ni nada, ¡como para haber estado en paños menores!. Y lo que quería era darme una bebida, que tiene pinta de ser una cerveza (la pobre, no sabe que no bebo alcohol) y además sacarme una foto para su Instagram. Si es que esta señora es de lo más peculiar. Según se marchó lo primero que hice fue cerrar la puerta de todas las maneras posibles.
Una cosa buena del apartamento es que tiene vistas al volcán Sakurajima, o eso creo, porque al estar hoy tan nublado solo veo la parte de abajo, pero se intuye que en un día despejado se ve el volcán. Ahora sí, ya en soledad, acabé de sacar algunas cosas de la maleta, así como cambiarme de pantalones, calcetines y zapatos, aún bastante mojados de la lluvia de antes. Me eché la mochila al hombro y me dispuse a dar un paseo por la zona del puerto, que está justo frente al apartamento.
Estuve danto una vuelta hasta la estación del ferry, a la que iré mañana temprano para la visita a Sakurajima, así como por la zona alrededor del acuario de Kagoshima, que tiene pinta de estar un poco hecho polvo. Por el camino se paró un señor mayor que iba en bicicleta, y que olía bastante a alcohol, y me preguntó que de dónde era. Al decirte que de "Spain" me dijo que si hablaba esperanto..., cosa que me dejó un poco descolocado, será que le sonó a eso al buen hombre. Un par de frases después cada uno siguió su camino, y el mio me llevaba al pequeño centro comercial que hay frente a los apartamentos, el Dolphin Port, con dos plantas con algunas tiendas y restaurantes. Pero lo que más me gustó es que tiene una zona de onsen de pies, cosa que pienso probar mañana porque iba sin toalla encima y no era plan de mojar mi otro par de zapatos para este viaje.
Y ya tras pasar por el correspondiente konbini a comprar algunas cosas de comer para estos dos días, me he vuelto al apartamento, al que entré esperando encontrarme a la señora sentada en la oscuridad, pero por suerte no había nadie...creo.
Espero que este diario esté siendo de tu agrado. Si es así se agradece que dejes algún comentario para saber si vamos bien o hay alguna cosa que podamos contar de otra manera. Todo lo que sea para mejorar la web es bienvenido. ¡Nos vemos mañana!
Comentarios
Directo a Japón
09/03/2018
La señora es simpática, pero eso de abrir la puerta sin llamar...
Lo del onsen de pies, mejor échale un vistazo al día 10 del viaje y sabrás más XD
Midori
08/03/2018
Muy bueno tu relato, de verdad que con todos los detalles y todo , mientras leia , me parece que tambien viajaba junto a ti. Sigue asi. Y lo de la senora del hotel, estubo bueno , que senora! Ja, ja.
Directo a Japón
09/03/2018
Muchísimas gracias por tu comentario ^_^ Me alegra saber que transmito lo que voy sintiendo en este viaje. La señora era bastante peculiar, vamos a dejarlo ahí XD
