Antes de empezar con el segundo día de viaje hay que empezar por la noche que le da pie. Y es que el futón de este hotel es malísimo y me quedé dormido porque estaba agotado, pero ha sido rompedor. Aireada la queja, comencemos con el diario del día 2 en Japón.
Y no porque haya vuelto a estudiar, sino porque tenía una cita en una academia de japonés con la que vamos a empezar a colaborar desde hoy mismo, la Intercultural Institute of Japan. Así que tocó madrugar un poco, y tras desayunar en la habitación lo que compré la noche anterior, me dirigí a la escuela. Al llegar pregunté por la persona con la que he estado comunicándome últimamente y de entre los empleados que estaban en la recepción escuché un "Deivid", y rápidamente apareció la persona que buscaba. Tras una breve presentación me llevó a una zona aparte y amablemente me ofreció un té, ardiendo como mil infiernos, pero un té. Se ausentó unos minutos mientras iba a buscar una documentación, minutos en los que esperé a ver si el té se enfriaba, pero en uno de los intentos me abrasé el labio y decidí dejarlo pasar un rato más. Al poco, ella volvió con los documentos y me dió su tarjeta, conversamos un poco sobre el motivo de la visita, pero todo en un ambiente bastante distendido la verdad, me esperaba mucha más seriedad, pero yo encantado de que hubiera sucedido de esta manera. un poco después me presentó a la directora de la escuela, que también me ofreció su tarjeta y con la que crucé unas pocas palabras. Tras esta nueva presentación, la chica que me estaba atendiendo se ofreció a enseñarme la escuela, cosa que agradecí ya que tenía mucha curiosidad por ver el ambiente por mí mismo. Incluso tuve la oportunidad de saludar a un estudiante español, Daniel, el cual llevaba un año y medio estudiando allí. La verdad es que Daniel tenía tan interiorizado el japonés que al hablarme su primer impulso era hacerlo en japonés, lo que me resultó gracioso.
Durante la visita pude ver el interior de algunas aulas, presenciar alguna clase que otra, y acercarme a la sala de descanso de los estudiantes. Al volver a la zona del principio, me quiso presentar a dos de sus compañeros, los cuales, como no, me dieron sus tarjetas (esto me ha servido para aprender un poco más sobre la forma de relacionarse laboralmente los japoneses). Uno de ellos me estuvo preguntando algunas palabras en español y comenzó a usarlas en ese momento, lo que hizo más graciosa la escena.
Tras la breve charla, volvimos a la mesa donde estábamos hablando del motivo de la visita y tras conversar un rato más nos despedimos, aunque insistió en acompañarme amablemente a la salida del edificio. La verdad es que de esperarme un ambiente serio y recto, pasé a estar en un ambiente agradable y distendido, bromas incluidas. Fue una buena experiencia para empezar el día.
Al salir del edificio me alegró ver que el día había cambiado por completo, ya que por la noche estuvo lloviendo y al salir del hotel estaba nublado y con algo de frío. Pero ahora estaba empezando a despejarse y la temperatura era bastante agradable, así que decidí ir paseando hasta mi siguiente destino: el parque de Ueno. Fueron unos 20 minutos de callejeo del que me gusta, paseando entre calles residenciales, parques y tiendas de las de toda la vida. Cuando me acercaba al parque, decidí pasar antes por Ameya-yokocho, también conocida por Ameyoko, que igualmente iba a verla tras la visita al parque de Ueno, pero como estaba de paso pues lo adelanté, y fue una buena decisión ya que pude pasearla sin tanto turista y pudiendo ver de mejor manera los comercios de la zona.
Tras dar un par de vueltas, ahora sí, fui hacia el parque, donde hice una ruta que tenía marcada, pero incluyendo sobre la marcha algún rincón que otro que no conocía de otros viajes. Me gustó mucho volver a pasar por sitios ya visitados y poder rememorar esos momentos, así como encontrar pequeños rincones que no había visto y que me han gustado mucho. Habrá que incluirlos en las nuevas guías ;).
El parque se fue animando a medida que pasaron las horas, con multitud de niños pequeños, y otros algo más mayores, de excursión escolar. Nunca dejará de chocarme la gran diferencia respecto a España en cuanto a la forma ordenada de ir por la calle que tienen los niños japoneses. Otro tipo de educación supongo.
Mientras paseaba escuché una especie de coro o algo parecido cantando, que al principio pensé que eran niños, pero cuando me fui acercando cual fue mi sorpresa que al final resultó que eran una especie de grupo religioso de adultos, entre los que me pareció ver a algunos indigentes, o esa fue mi impresión. Los escuché un par de minutos, pero como vi que el rollo tiraba por lo religioso decidí continuar con el paseo. La visita al parque de Ueno tocaba a su fin, y me dirigí a la siguiente parada del día.
Tras unos cuantos minutos en metro, llegué fácilmente a la ubicación del reloj Ghibli. No se por qué, pero en los otros viajes solo lo había visto de pasada en el Yurikamome de camino a Odaiba, y de esta vez no podía pasar, sobre todo con lo fan que soy de los estudios Ghibli. Cuando llegué faltaban unos 15 minutos para las 15:00, hora a la que comenzaba el espectáculo musical del reloj. No había casi nadie, aunque en unos 5 minutos llegaron unas cuantas personas. Hay que tener en cuenta que aunque el horario diga que comienza a tal hora en punto, el reloj comienza a funcionar 5 minutos antes de dicha hora, y finaliza a esa hora en punto. Ténganlo en cuenta porque me pareció ver a más de uno que llegó justo cuando acabó todo.
El espectáculo en sí estuvo bastante bien, musiquita por aquí, algunos movimientos del reloj por allá y fin. Si te pilla de paso y ves cerca la hora de que empiece a funcionar, pásate a verlo.
Si tú también eres fan de Studio Ghibli, entonces te interesará ver el vídeo de nuestra visita al Museo Ghibli.
Como no estaban muy lejos, fui caminando hasta estos jardines de pago, que ofrecen un curioso contraste entre naturaleza y los rascacielos de fondo. Desafortunadamente se notaba que aún no era época de sakura, y además el césped estaba un poco amarillento, pero igualmente la visita estuvo bien y pude darme un agradable paseo por los jardines. Unas cuantas fotos y vídeos después, tenía que decidir si me iba en metro o tomaba uno de los ferris hasta Asakusa, y ganó esta última opción, ya que tampoco los había probado en otros viajes. No quedaba demasiado para que pasara el siguiente, así que me subí en él y durante unos 40 minutos estuve de paseo por el río Sumida.
Es una forma diferente de recorrer parte de Tokio, pudiendo ver desde otra perspectiva los edificios, o zonas como el mercado de Tsukiji. Aquí aproveché también para grabar parte del paseo y sacar unas cuantas fotos al recorrido. Casi empezando el atardecer llegamos a la zona cercana al Senso-ji, regalándonos unas espectaculares vistas de la Tokyo Skytree con una luna resplandeciente y de buen tamaño al lado, con el cielo despejadísimo y empezando a mostrar esos colores de atardecer que tanto me gustan. Me pasé un buen rato fotografiando el espectáculo y grabando un poco por la zona, hasta que recordé que iba a Asakusa para comprar un meron pan en un local que me habían recomendado los amigos de Japonizados, en cuyo podcast colaboramos mensualmente (puedes escucharlo aquí) y Eva, de "Noestodofashion", con blog y canal de YouTube (también hay que ir a echarle un vistazo a sus creaciones). Como me entretetuve tanto sacando fotos, fue inevitable llegar con la rienda cerrada, así que me quedé sin su espectacular meron pan, al menos hasta que vuelva a Tokio en un mes.
Y estas han sido las visitas del día, desde Asakusa quise volver otra vez a pie al hotel, pero por un camino distinto, aunque el de ayer me gustó más. Para compensar no haberme comido el meron pan, compré uno de estos tipo bollería industrial y unos Pocky, una de mis debilidades cuando vengo a Japón. Y aquí estoy ahora, escribiendo este artículo, con la tele japonesa de fondo con sus programas raros de gente mirando a través de un recuadro como otras personas comen. Nunca entenderé esta manía, porque moda no es, que llevan años así. Y esperando a que acaban de descargarse las fotos y vídeos del día para empezar a preparar la maleta, que mañana toca coger otro avión con el que haré el viaje más largo dentro del propio Japón. ¿Adivinas a dónde?, pues si quieres saberlo pásate por aquí mañana ;).
Y aquí tienes en vídeo la crónica de hoy, esperamos que lo disfrutes ;)
¿Qué te está pareciendo este diario de viaje?. Déjanos tus comentarios y danos una alegría. ¡Mañana más!
► Artículo: "Estudiar en Japón"
Comentarios
Hekoma
17/06/2018
Espectacular! Gracias por compartir tu día a dia, es una oportunidad de vivir Japón!!
Directo a Japón
17/06/2018
¡Muchas gracias!. Esa era la idea, poder transmitir lo que iba viviendo cada día que pasé en Japón. Esperamos que disfrutes del resto de crónicas y vídeos. ¡Gracias por comentar!
Cat
22/03/2018
Estoy empezando a leer tu diario de viaje y me está gustando mucho, aunque me gustarían más fotos :p
También me alojé en el Juyoh y el futon nos pareció súper cómodo!!! Que raro...
Directo a Japón
22/03/2018
Muchas gracias por el comentario y por haber empezado a leernos Cat ^_^
Respecto a lo del Juyoh, ya eres la segunda persona que me dice lo mismo, así que empiezo a pensar que me he vuelto un poco tikismikis con los años, jaja. Y por las fotos, si quieres puedes pasarte por nuestra cuenta de Instagram, ahí colgamos más cosas todos los días, incluyendo algún vídeo o directo de vez en cuando.
¡Bienvenida a la familia!
Anthony
01/03/2018
Wow me intereso mucho lo de estudiar japones y parece que es muy lindo el viaje por japon suerte con el viaje y estoy esperando ver a que lugar es el mencionado :D
Directo a Japón
09/03/2018
Disculpa la tardanza Anthony, pero por algún error hasta ahora no recibí la notificación de tu comentario. Si te interesa estudiar japonés pásate por nuestra sección para que consultes las escuelas con las que colaboramos ^_^
El viaje está siendo maravilloso, muchas gracias por seguirlo con nosotros :D